Transición de movilidad en Múnich: ¡las protestas contra la IAA y los objetivos climáticos en el punto de mira!

Transición de movilidad en Múnich: ¡las protestas contra la IAA y los objetivos climáticos en el punto de mira!

A partir de hoy todo en Múnich gira en torno a la transición a la movilidad. El Mobility Transition Camp tendrá lugar del 9 al 14 de septiembre de 2025, en paralelo al Salón Internacional del Automóvil (IAA). Organizado por iniciativas del movimiento climático, el campamento tiene como objetivo proporcionar un espacio para debates y estrategias para contrarrestar los desafíos de la destrucción y la militarización del clima. Dada la situación actual de la industria automovilística alemana, que se encuentra bajo una enorme presión (existe amenaza de cierres de pánico y miles de puestos de trabajo están en riesgo), el debate sobre el futuro de la movilidad se vuelve aún más urgente. El periódico Clase contra clase informa sobre las voces dominantes que piden que se abandone la prohibición prevista de los motores de combustión.

Mientras los fabricantes de automóviles alemanes presentan sus nuevos modelos en la IAA, también está en pleno apogeo el debate sobre las normas de emisiones. La voz de quienes toman decisiones políticas como el Canciller Friedrich Merz y el Primer Ministro bávaro Markus Söder es cada vez más fuerte, aumentando la presión para relajar las estrictas reglas. El presidente de la asociación de la industria del automóvil sostiene que la población aún no está dispuesta a renunciar a los motores de combustión. Sin embargo, los críticos de estos desarrollos advierten que tales acciones ponen en peligro los objetivos climáticos y obstaculizan significativamente la necesaria transición hacia un mejor transporte público y el uso de energías renovables.

Es necesario un cambio político

La UE ya ha marcado un rumbo claro con la eliminación gradual prevista de los motores de combustión a partir de 2035. Parte del paquete de medidas de la UE “Fit for 55” es la transición prevista de los combustibles fósiles a tecnologías de propulsión libres de emisiones. Sin embargo, este desarrollo se ve amenazado por la infraestructura de carga inadecuada y la posibilidad de utilizar combustibles electrónicos, que pueden verse como una laguna para los motores de combustión. Alemania aspira a alcanzar la neutralidad de gases de efecto invernadero para 2045, mientras que el sector del transporte ya representará el 22% de las emisiones totales para 2023, principalmente por el consumo de diésel y gasolina.

La Ley de Protección del Clima estipula que las emisiones del transporte se reducirán a 84 millones de toneladas hasta 2030, aunque las previsiones de la Agencia Federal de Medio Ambiente muestran que este objetivo aún puede estar muy lejos. En general, el sector del transporte ha aumentado su proporción de emisiones de gases de efecto invernadero en un siete por ciento desde 1990. Para lograr el cambio hacia una movilidad sostenible, se deben impulsar urgentemente medidas para electrificar los automóviles y vehículos comerciales y mejorar las condiciones de infraestructura. Estos hallazgos también se discutirán en el campamento de transición a la movilidad.

El campamento de transición a la movilidad como plataforma para el diálogo

En el campo de la transición a la movilidad, actores del movimiento climático se reúnen con miembros de la izquierda radical para desarrollar estrategias comunes. El objetivo es conectar las luchas de los trabajadores de la industria con las demandas de justicia climática. El 13 de septiembre habrá una gran manifestación de protesta bajo el lema #noIAA para llamar la atención sobre los desafíos que trae consigo la actualidad del tema. Además, el 14 de septiembre está prevista una conferencia titulada “La crisis de la industria automovilística y las tareas de la izquierda revolucionaria”.

En un momento en el que los productores de transporte son responsables de alrededor de una quinta parte de los gases de efecto invernadero en Alemania, está claro que la transición a la movilidad no es sólo un problema de unos pocos. Nos afecta a todos y cada uno de nosotros, y todavía hay tiempo para fijar el rumbo correcto para un futuro sostenible. La pregunta sigue siendo: ¿estamos preparados para dar forma activamente a estos cambios?